Hace más de 300 años un humilde luthier de la ciudad italiana de Cremona cambió la historia de la música para siempre. Se llamaba Antonio Stradivarius. Gracias a su maestría a la hora de construir instrumentos de cuerda, estableció un canon constructivo que miles de luthiers han repetido constantemente en sus creaciones a lo largo de estos últimos tres siglos. Stradivarius estableció unas medidas ideales que dotaban a este instrumento de una gran riqueza armónica, tímbrica, melódica y una gran potencia sonora, ideal para interpretar dentro de las nuevas grandes salas de conciertos y óperas que se estaban construyendo por toda Europa. La música ya no era sólo propiedad de unas élites y empezaba a salir de las pequeñas salas de conciertos en palacios y residencias privadas.
Esta nueva forma de construir instrumentos de cuerda, en concreto violines, fue aprovechada por los grandes compositores clásicos y sobre todo románticos, para reforzar grandes orquestas, llevando al límite las posibilidades virtuosísticas del concierto solista y la dificultad en las interpretaciones. Prueba de ello es el concierto para violín y orquesta de Johannes Brahms que aquí os dejo, interpretado por el genial Itzhak Perlman tocando su Stradivarius "Soil". A partir de este momento la historia de la música y de la cultura en Europa cambió.
Los instrumentos originales de Stradivarius empezaron a entrar en la mitología de la música. Estos instrumentos pasaban de grandes violinistas a grandes violinistas como si fueran un santo grial. Su sonido era diferente a todos los demás instrumentos, aunque fueran construidos con las mismas técnicas de Stradivarius. Parecía que el maestro se había llevado a la tumba un gran secreto y misterio que dotaba a sus instrumentos de un sonido inigualable, casi místico.
Se ha hablado y se sigue hablando de este secreto. Algunos hablan de la madera que Stradivarius usó. Otros, del barniz que utilizaba para recubrir los instrumentos con unas propiedades casi mágicas para transmitir las ondas sonoras, pero nunca se ha demostrado de manera definitiva ninguna de estas teorías. De todo esto habla el magnífico reportaje que aquí os dejo sobre los hallazgos científicos sobre el sonido de los violines Stradivarius.
Quizás el maestro tenía un secreto y nunca podremos descubrirlo, o quizás, de alguna manera, ese sonido sólo está en nuestra cabeza e imaginación y todo sea un gran misterio. Espero que descubráis ese misterio o sigáis buscándolo como yo cada vez que escucho un violín construido por Antonio Stradivarius. Espero que os guste. Un saludo.
Quizás el maestro tenía un secreto y nunca podremos descubrirlo, o quizás, de alguna manera, ese sonido sólo está en nuestra cabeza e imaginación y todo sea un gran misterio. Espero que descubráis ese misterio o sigáis buscándolo como yo cada vez que escucho un violín construido por Antonio Stradivarius. Espero que os guste. Un saludo.
Aquí os dejo el magnífico reportaje sobre los violines fabricados por Antonio Stradivarius.
Por último, el concierto para violín y orquesta de Johannes Brahms interpretado por Itzhak Perlman.
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